Se caracteriza esencialmente por la existencia de un estado de ánimo deprimido (tristeza, pesimismo, otros síntomas emocionales como irritabilidad, ansiedad, apatía), o pérdida de interés o capacidad para el placer y con duración superior a las dos semanas.

También se añaden algunos otros síntomas tales como la pérdida o aumento de peso, trastornos del sueño, agitación o enlentecimiento psicomotriz, pérdida de energía, sentimientos de inutilidad o culpa, falta de concentración, indecisión, pensamientos recurrentes de muerte, ideas o tentativa de suicidio.

Se debe tener en consideración que estos síntomas no sean debidos a otra enfermedad o toma de medicamentos.