Para el tratamiento de los linfomas se utilizan: quimioterapia, trasplante de progenitores hematopoyéticos, inmunoterapia, radioterapia y cirugía.

QUIMIOTERAPIA
Es el tratamiento principal de los linfomas. Se emplean medicamentos llamados citostáticos que actúan destruyendo e impidiendo la multiplicación de las células tumorales. No obstante, también dañan a las células normales, produciendo efectos no deseados.
Cada esquema de quimioterapia resulta de la combinación de varios medicamentos. Estos esquemas de quimioterapia se conocen habitualmente con el nombre de “ciclo” ya que se repite su administración, de forma cíclica, cada varias semanas (habitualmente cada 2, 3 ó 4 semanas). Existen muchos esquemas de quimioterapia (CHOP, ESHAP, FMD…) que se administran según el tipo de linfoma que se quiera tratar. El nombre de los esquemas de quimioterapia proviene de las iniciales de los medicamentos que lo componen (por ejemplo: FMD por Fludarabina-Mitoxantrone-Dexametasona). Cuando un enfermo recibe quimioterapia por vez primera, al tratamiento que recibe se le llama de “primera línea”. En caso de que sea el segundo tipo de tratamiento, por ejemplo para tratar una recaída, recibe el nombre de “segunda línea” y así sucesivamente.
Lo habitual es que para tratar un linfoma el paciente deba recibir varios ciclos de quimioterapia.
La forma de administración suele ser intravenosa, aunque algunos de ellos se administran por vía oral oo subcutánea. Cuando se hace por vía intravenosa se puede hacer de forma rápida (en bolo) o en infusión de varias horas. Lo habitual es que el paciente reciba el tratamiento, en varias horas, sin necesidad de ingresar, en una sala del Hospital de Día, pudiendo estar acompañado de algún familiar o amigo. Algunos tipos de tratamiento, no obstante, precisan de ingreso.
Muchos pacientes, para la administración de la quimioterapia, eligen una opción que consiste en la inserción de un catéter venoso central (tipo Hickman o Port), con lo que evitan las punciones venosas, que a veces son molestas o dolorosas.

TRASPLANTE DE PROGENITORES HEMATOPOYÉTICOS
Es una forma especial de tratamiento, en la que se administran dosis muy altas de quimioterapia, que son posibles de tolerar gracias a que después se infunden progenitores hematopoyéticos obtenidos de la sangre periférica, de la médula ósea o de cordón umbilical del mismo paciente (autólogo), de algún familiar (alogénico emparentado) o mediante búsqueda en un banco de donantes (no emparentado).

INMUNOTERAPIA
Debido a que parece que entre el Sistema Inmune y las neoplasias pueda existir interrelación se han diseñado estrategias basadas en la estimulación de procesos inmunológicos para combatirlas. Es lo que conocemos con el nombre de inmunoterapia, que puede ser activa, cuando el sistema inmune, una vez activado, es el que origina la respuesta antitumoral (interferón, vacuna antiidiotipo) o pasiva, que consiste en la administración de agentes con capacidad de destrucción por sí mismos, y que no precisan de la activación del sistema inmune; en este grupo se encuentran los anticuerpos monoclonales.

ANTICUERPOS MONOCLONALES
Las células de los linfocitos tienen en sus membranas unos “sitios” que llamamos antígenos. La estrategia del uso de estos medicamentos se basa en administrar anticuerpos dirigidos contra los antígenos presentes en la célula que queremos destruir. Una vez fijados estos anticuerpos a los antígenos se produce la destrucción de los linfocitos. Son algo parecido a una bala que se dispara contra una diana. Actualmente se dispone de anti-CD20 (Rituximab), que se está utilizando en linfomas B que poseen el antígeno CD20 (linfoma difuso de células grandes y linfoma folicular, entre otros), anti-CD52 (Alentuzumab) para la Leucemia linfática crónica y anti-CD30 (Brentuximab vedotin) para el linfoma anaplásico de células grandes y el linfoma de Hodgkin. Hay otros más que ya están en desarrollo; se investiga también el tratamiento con varios anticuerpos de forma simultánea o secuencial.

Una forma especial de tratamiento con anticuerpos monoclonales es la RADIOINMUNOTERAPIA en que un isótopo radiactivo va unido a un anticuerpo monoclonal (radioinmunoconjugado). Las células de los linfomas son radiosensibles; los radioinmunoconjugados proporcionan una forma de tratamiento radioterápico “dirigido”. La radioinmunoterapia daña las células en las que se fija el anticuerpo y a las circundantes en un radio de varios centímetros.

RADIOTERAPIA
Es una forma de tratamiento muy utilizada sobretodo como complemento (coadyuvante) de la quimioterapia, aunque en determinados casos se utiliza como modalidad única. Consiste en administrar las radiaciones ionizantes que producen los llamados isótopos radiactivos. Estas radiaciones actúan impidiendo la multiplicación y crecimiento de las células tumorales e incluso su destrucción. No obstante, también dañan a las células normales, produciendo efectos no deseados.
La administración de la radioterapia es un procedimiento complejo para el que se utilizan aparatos de cobaltoterapia o aceleradores lineales. Previamente al inicio del tratamiento, el especialista en Radioterapia realiza lo que se conoce como simulación que consiste en realizar un TAC que utilizará para “planear” qué tratamiento y de qué forma deberá administrarlo, para que sea lo más eficaz y produzca el menor daño posible en los tejidos de alrededor. El tratamiento se administra en varias sesiones de poca duración, sin necesidad de ingresar, en el Servicio de Radioterapia.

CIRUGIA
La cirugía es una técnica poco utilizada como tratamiento único, salvo en algunos casos y en situaciones concretas (linfoma esplénico, linfoma gástrico). También puede utilizarse como tratamiento de determinadas complicaciones (obstrucción o perforación intestinal).